¿Es Esto Ya Una Epidemia?

Por Andrés Carrera

Se dice que “una imagen habla más que mil palabras”, y en estos días esto se ha comprobado fehacientemente.

Permítame contarle la historia:

El jugador de fútbol americano Ray Rice, fue arrestado en marzo por haber golpeado a su entonces novia, en un ascensor de un casino en Atlantic City. Fue encarcelado, llego a un acuerdo prejudicial y escapó casi que sin consecuencias del hecho: una multa, suspendido dos partidos y en algunos meses más se casó con la persona que había golpeado.

En ésta última semana, una empresa de periodismo y chismes por internet llamada TMZ, publicó el video del incidente que lo puede ver en: http://www.tmz.com/2014/09/08/ray-rice-elevator-knockout-fiancee-takes-crushing-punch-video/?adid=tmzhero1

La clase de indignación que ha causado este video es tal, que no solo hizo suspender al jugador indefinidamente, sino, que está amenazando con arrastrar a la “industria” del fútbol americano (que produce millones de utilidades al año) en una espiral de acontecimientos que amenaza con hacer rodar la cabeza del gerente de la organización llamada NFL.

Todos los noticiarios no deportivos hablan de esto. CNN hace especiales sobre las mujeres de jugadores golpeadas. Se ha empezado a hablar en los programas de opinión sobre la violencia familiar, el gobierno ha decidido investigar que tan arraigado está el problema, y se ha comenzado a discutir públicamente lo grave del problema y como es más de común de lo que la gente pensaba.

Es sorprendente como las fotos de mujeres golpeadas (incluida la ahora Sra. Rice), no ha hecho nada en la opinión pública, pero este video ha desatado la furia nacional.

Es mi esperanza que así como traspasó fronteras el famoso “bucket challenge”*, así mismo esta problemática se convierta en una causa de interés mundial y que nos unamos para erradicarlo.

Puedo decir, como un hombre que se ha dedicado a la consejería familiar (a creyentes y no creyentes), que en nuestro país, este problema es una verdadera epidemia.

De las personas que he intentado ayudar, un 80% tienen este problema en la pareja, o lo han visto en sus padres o abuelos, tanto que algunos lo consideran normal.

Muchos han visto a su madre ser golpeada y se han prometido que ellos nunca lo harán, solo para repetir los actos, que tanto han odiado.

Creo yo que es hora, de que dejemos de esconder esta realidad en nuestra sociedad, y lastimosamente también en nuestras iglesias, y que busquemos soluciones que lleguen hasta el largo plazo.

No basta con decir cosas antibíblicas como las maldiciones generacionales (ver los artículos sobre el tema) o sacarle el “demonio” de la furia. Tenemos que reconocer el tema, estudiarlo, y arrancarlo definitivamente primero de nuestras iglesias, y si podemos de la sociedad, y ser activos al respecto. Tenemos que crear ministerios para tratar con las víctimas de este problema, y promover grupos de apoyo para estas personas, que con el tiempo serán atendidas por víctimas recuperadas de esta enfermedad social.

Nos ha bastado con decir, “merecido se lo debe tener”, o “algo habrá hecho porque el esposo no le pega de loco” o “le ha de gustar cuando sigue con él”.

¡Que facilísimo tan irresponsable! ¡Que indiferencia tan indignante que casi llega a la complicidad y definitivamente al encubrimiento!

Ni siquiera nos adentramos en la problemática de la víctima, en ver si tiene alternativas, y si no las tiene proveer una. No queremos ni oír lo que les pasa y los verdaderos “infiernos” por los que transcurren sus vidas y en la mayor parte de estos casos, el sufrimiento de los hijos.

No investigamos lo suficiente como para enterarnos la razón porque las mujeres abusadas no dejan al abusador, y es porque ellos han hecho un trabajo metódico que camina así:

1.- Empieza con un trabajo sistemático de reducir la autoestima de la víctima, haciendo cosas como minimizarla, insultarla, etc., que lo que logran es que ella poco a poco se convenza de que no pueden vivir sin el abusador, puesto que sin él, ella no es nada.

2.- Mientras hace esto, también se dedica a controlar todo lo que hace, de modo que le quitará toda actividad que le traiga algún gozo o valor a la vida de ella.

3.- Es aquí, cuando recién empieza a golpear. Ella ya está convencida de que no puede vivir sin él, y ya no tiene la voluntad para revelarse contra el abuso, pues se siente tan poca cosa, que se lo merece, y debe agradecer que él prefiera eso a irse y dejarla sola, ya que si esto hace, ella queda indefensa.

Aquí, es cuando entendemos parte de la problemática de una persona abusada para quien nos falta empatía, y que, siendo víctimas juzgamos de forma tan dura y con tan poca misericordia.

Ojalá este video sensibilice suficientemente a la sociedad, y dentro de ella a los llamados a tener misericordia que somos la Iglesia de Jesucristo. Ojalá veamos que más y más congregaciones se preocupan de esta problemática, la entiendan, y empiecen a atender a este grupo de personas, que lastimosamente crecen día a día en medio de una sociedad indolente.

Qué lindo sería que la iglesia responda a esta necesidad con la compasión requerida.

NOTA.- “El Ice Bucket Challenge también llamado Desafío del balde de agua fría o Reto del cubo de agua helada (también puede ser agua con hielo), es una campaña publicitaria solidaria que intenta concientizar sobre una enfermedad rara llamada Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA, o ALS por sus siglas en inglés), enfermedad degenerativa progresiva que ataca las neuronas motoras.1 2 Entre algunas personas que padecen esta enfermedad se encuentra por ejemplo el físico Stephen Hawking o el músico Jason Becker”. (Wickipedia)


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