Por: Andrés Carrera
¿Te has dado cuenta de que mientras más saciamos un apetito, más deseos tenemos de continuar alimentándolo?
No importa lo que sea: dinero, comida, sexo, droga, posesiones, etc. nunca parecen dejar de pedirnos más y más mientras más tenemos de ellos, lo que produce las diferentes adicciones que vemos hoy.
Y es que en nuestra búsqueda de la felicidad lo primero que debemos entender es que NADA nos va a hacer felices, porque la felicidad no depende de ALGO depende de ALGUIEN. Es decir, no hay alguna cosa que me haga feliz porque la felicidad no está basada en lo que tengo sino en las relaciones.
Son las relaciones humanas las que nos dan felicidad, no lo que alcanzo para mi disfrute personal y a veces egoísta. La satisfacción a la que llego, después de haber alcanzado un logro importante en mi vida, es rápidamente reemplazada por el siguiente desafío que debo alcanzar.
Ahora, si establecemos que son las relaciones y no los apetitos los que me dan felicidad, y el deseo de todos nosotros es alcanzarla, ¿qué tipo de relaciones es la que me llevará más pronto allá? La respuesta podrá sorprenderlo.
Empecemos con algunos datos de investigaciones científicas:
Universidad de Chicago, sobre cuáles son los trabajos que más satisfacen o llenan y estos fueron las categorías ganadoras: Cuidar de otros, enseñar a otros, proteger a otros y trabajos creativos como las artes. Y descubrieron que no importaba cuanto pagaran ya que más y más dinero no aumenta la felicidad y que básicamente una vez que las personas cubren sus necesidades básicas, lo importante es lo que están haciendo, no lo que ganan.
En el Reino Unido, recogieron 40 estudios por 20 años de la relación entre felicidad y altruismo y esto es lo que descubrieron: las personas que hacen voluntariado sostenido viven con menos depresión, enfermedades del corazón, stress y que si un adolescente se involucra en voluntariado tiene menor posibilidad de un embarazo no deseado o de usar drogas. Llegaron a la conclusión de que inclusive si el adolescente es obligado a hacerlo y tiene mala actitud al voluntariarse, incluso ahí, las cosas mejoran y la mayoría seguiría voluntariándose de adultos. La conclusión es que las personas que hacen cosas por otros tienen una mejor salud sicológica y física, mejor autoestima, viven más tiempo y tienen una mayor calidad de vida.
Artículo 5 estrategias para pelear contra el cáncer dice, que una de ellas era hacer voluntariado y el mentoreo. Las investigaciones dicen que estas dos cosas mejoran tu sistema inmunológico, Que hacer estas cosas una vez a la semana o dos o tres veces al mes te hace más resistente a las enfermedades.
Entonces, según estas investigaciones y otras más que las consigue prendiendo su computadora, lo que me hace feliz no es adquirir, consumir o verme bien, sino una vida altruista y solidaria que piensa en dar a los demás, o por así decirlo yo me lleno cuando me vacío a mí mismo por el beneficio de otros. Entonces levantarme temprano los domingos para servir, me hace más feliz que quedarme hasta 5 de la mañana el sábado. Ir a ayudar a un orfanato me llena más, que ganar más dinero.
Y es que así hemos sido creados. Jesús fue claro, “Más bienaventurado es dar que recibir”(Hch.20:35). Hemos sido creados para entregarnos en beneficio de otro y a menos que lo hagamos no encontraremos esa felicidad que tanto buscamos y nos elude una y otra vez.
Mire cuantas veces la Biblia usa la frase unos por otros en cosas como orar, confesarnos, llevar las cargas unos de otros, etc. Que interesante que las ciencias sociales ahora nos digan que es esto lo que nos da mejor salud mental, emocional y física, otra razón más que comprueba que la Biblia es la verdadera palabra de Dios, un Dios que nos creó y nos conoce completamente.
Revise la diferencia en cuanto a lo que es vivir para usted y para los demás, explicado por el apóstol Pablo como obras de la carne (lo que hacemos para nosotros) y los frutos del Espíritu (lo que hacemos por otros)
Obras de la carne: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras y orgías. Note que todas ellas son consecuencia de tratar de saciar sus apetitos, lo que termina en una vida desordenada y que lleva a la infelicidad. Le garantizo que nada de esto usted quiere en su vida si desea ser sano.
Fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Imagínese una familia que sea caracterizada por estas palabras. Todo esto es lo que caracteriza a personas que se dan a sí mismas para beneficio de otros y que asociamos con cosas que deseamos a nuestra vida.
La mayor cantidad de gente que usted conoce que es feliz vive así, no es lo que tienen, o lo que consumen, la gente feliz encuentra la manera de vaciarse a sí mismo por otros.
Si usted quiere ser feliz deje de pensar en usted y solo en usted, sirva a otra familia que no sea la suya, vacíese a usted mismo y verá que descubre la forma como Dios lo creó y lo más importante para que lo creó, porque su felicidad no se basa en cuantos apetitos intenta satisfacer, sino cuanto puede vaciarse para beneficio de otro.
Es mi oración que este artículo contribuya a que usted vaya descubriendo el secreto de la felicidad y que empiece a vaciarse, para que aunque le parezca increíble, se llene cada vez más.