Por: Andrés Carrera
Cuando yo era pequeño iba a tiendas a las que se llamaba bazar y observaba que se vendía toda clase de mercadería en ella.
El término viene de un grupo de varios puestos ambulantes, de distintos diseñadores y precios, que puedan estar al alcance de todos quienes visiten el bazar. Por lo general, los artículos que se observan en el bazar son elaborados por personas del mismo país, lo cual aprovechan para mostrar su trabajo y, hacer del conocimiento de los demás los productos o manufacturas realizados por ellos, con su propio esfuerzo y talento.
En estos días he estado observando un bazar profético que fue realizado por un señor llamado Brian Carn en la ciudad de Miami, como parte de la conferencia apostólica y profética del 2015.
Aparentemente este señor nacido en Florida, fue avalado por Benny Hinn en sus comienzos y ahora es un profeta conocido y fue presentado en sus tres conferencias como un “orador y cantante ungido, que trae claridad profética a esta generación”.
Debo confesar que no pude escuchar las casi 5 horas que este hombre habló en sus tres conferencias, pero oí una buena parte y creo que es necesario que los verdaderos creyentes denunciemos estas diatribas que engañan a la gente y la llevan lejos del Señor.
En su primera conferencia este orador arrancó explicando lo fácil que le es a él dar profecías, que solo le fluyen y que lo más importante era explicar cómo funciona y las personas logran que se cumplan en sus vidas.
En su explicación, dejó ver, que las profecías no se cumplen cuando Satanás las detiene y que se las activa por fe, de manera que si usted permite que el enemigo le arrebate la profecía, es culpa suya.
Dejó muy claro, que cada receptor de las profecías era responsable de que esta se cumpla, orando incansablemente porque la palabra declarada por él, llegue a hacerse realidad.
Después de eso, asistí sorprendido a un verdadero bazar profético, donde país por país, fue declarando cosas que iban a pasar allí, sin decir ni fechas ni épocas, y tampoco especificando ciudades donde sucederían esas cosas.
Para darles algunos ejemplos que escuché cuando habló de Estados Unidos dijo, entre otras cosas, que habría un terremoto en una ciudad y no especificó los tiempos. Como usted entenderá esa profecía la podemos hacer usted y yo.
Cuando habló de México, también escogió un terremoto de la misma manera y habló de una ciudad llamada Cabo San Lucas que se convertirá en el lugar de vacaciones de los ricos y famosos.
De España dijo que habían más caucásicos, de Italia que tendrían inmigración pero su cultura permanecería, de Venezuela que habría un cambio político importante (para esa solo tenía que ver CNN) y así por el estilo, una retahíla de profecías por país, sin ton ni son, y sin especificar casi nada de cada una.
Yo también puedo decir: se va a hundir un barco; ¿cuál barco? No sé pero un barco se va a hundir. Y esta profecía sería de la misma naturaleza que este hombre hizo, salvo el hecho que este señor gritaba y empezó a echar a cuanta gente pudo al piso con una supuesta “unción” que lo llevaba incluso a hablar en lenguas.
Obviamente, no podía faltar, que en algún momento dijo que el Espíritu Santo le había dicho que por lo menos 12 personas darían una ofrenda de $10,000.00, y los hizo pasar al frente y los tiró al piso. Luego dijo que el Señor le revelaba que mucha gente daría una ofrenda de $1,000.00 y que las entregarán a los servidores, terminando por aquellos que daban lo que podían. Todo esto en medio de gritos de algarabía, y una histeria colectiva impresionante.
Yo solo tengo algunas inquietudes ante esta ráfaga profética:
- ¿Por qué es importante que el Señor escoja a esta persona para que nos anuncie cosas que pasarán en el futuro?
- ¿Por qué es importante que oremos para que Tom Cruise u otras estrellas del cine vayan a vacacionar a un sitio en México?
- ¿En qué acerca esto, a los españoles o italianos a Dios, por solo nombrar dos países?
Las profecías bíblicas tenían que ver con una amonestación al pueblo para que regrese su mirada a Jehová y para que dejen de abusar de los pobres. Los profetas no se pasaban adivinando el futuro. Solo el 2% de sus escritos son profecías predictivas, porque lo principal del mensaje era lo que el pueblo tenía que hacer para acercarse a Dios.
Nada hay parecido entre el show que montó este señor en esa tarima y los profetas de la Biblia.
Cada vez más este movimiento se deja ver como lo que es: un grupo de charlatanes que están usando a Dios para enriquecerse y que creen que siempre se saldrán con la suya, mientras engañan a un grupo de gente cuyo desconocimiento bíblico es tan grande que son fácil presa de este engaño.
NOTA.- Si desea ver al “profeta” ponga el nombre de el en YouTube y después CAP 2105.