Al que cree ¿Todo le es posible?

Por: Andrés Carrera

Hoy vamos a examinar un pasaje bíblico, al que han explotado tanto que incluso ha llegado a ser slogan de un canal de televisión cristiano y es este: “Al que cree, todo le es posible”.

Para que nos quede claro el contexto de esta frase de Jesús, veamos el pasaje en donde se encuentra:

“Maestro –respondió un hombre de entre la multitud–, te he traído a mi hijo, pues está poseído por un espíritu que le ha quitado el habla. Cada vez que se apodera de él, lo derriba. Echa espumarajos, cruje los dientes y se queda rígido. Les pedí a tus discípulos que expulsaran al espíritu, pero no lo lograron. ¡Ah, generación incrédula! –respondió Jesús–. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho. Así que se lo llevaron. Tan pronto como vio a Jesús, el espíritu sacudió de tal modo al muchacho que éste cayó al suelo y comenzó a revolcarse echando espumarajos. ¿Cuánto tiempo hace que le pasa esto? –le preguntó Jesús al padre. –Desde que era niño –contestó. Muchas veces lo ha echado al fuego y al agua para matarlo. Si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos. ¿Cómo que si puedo? Para el que cree, todo es posible”. (Mrc.9:17 al 23)

Usted no puede ni  imaginarse, todo lo que se justifica con esta frase. Para darle solo un ejemplo, Hay un “apóstol” que predicando preguntó a su audiencia quienes tenían un familiar en el infierno. Es decir, un padre o abuelo borracho que nunca se arrepintió o una abuela bruja que jamás reconoció a Cristo.

Después de ver algunas manos levantadas, este predicador anunció muy suelto de huesos y sin ponerse colorado que tenía grandes noticias para su audiencia.

Dijo “Como al que cree todo le es posible, entonces vamos a orar para sacarlos del infierno y ya que al que cree todo le es posible, ellos serán llevados a la presencia de nuestro Dios”.

Déjeme decirle que si vamos a decir que el “todo es posible” es literal, este señor tiene toda la razón y nosotros podríamos pedir cualquier cosa que deseemos, por muy pecaminosa o antiescritural que sea, ya que Cristo está diciendo todo, y todo no excluye nada.

Como siempre explicamos en estos artículos, usted no puede interpretar las Escrituras sino como un todo, permitiendo que Dios se explique a sí mismo en lo que nos está enseñando.

Entonces, ¿puedo pedir una cosa como la que pidió el supuesto “apóstol”?: No, porque en Hebreos se dice con claridad que está establecido para los hombres que mueran una vez y después vendrá el juicio (9:27).

Yo no puedo pedir algo que está en contra de la voluntad de Dios, Él no es mi servidor yo soy el suyo, y lo que Él ha dispuesto yo no lo puedo cambiar por mucha fe que tenga. Lo que yo debo buscar es tener una fe basada en lo que Él quiere para mí, y entonces me iré transformando en el siervo de Dios que Él quiere que yo sea.

Otro ejemplo de estos extremos, es la del pastor John Osteen, padre de Joel Osteen, quien en una prédica dijo que lo que confesamos, puesto que sí creo todo lo puedo, es una verdad absoluta, y que tanto es así, que su esposa había sido declarada libre de cáncer, después de que ellos se apropiaron de esta promesa.

Años después el pastor Osteen, moría víctima de un paro cardiaco, dejándonos ver que no importa lo que declares, la sanidad que Dios puede dar, no es para todo el mundo, ni en todo momento, y que así como sanó a su esposa, no hizo lo mismo con él.

Entonces, ¿o él no tuvo fe, o andaba en malos caminos?, porque según la interpretación de este pasaje lo debieron haber hasta resucitado, pues no puedo ni pensar que en este contexto les haya faltado fe a su esposa e hijo.

Hacemos caso omiso de la forma que operó Cristo en este mundo. Recuerde, a manera de ejemplo la historia de Juan 5. En una piscina, supuestamente milagrosa, se encuentran agolpados a su alrededor una serie de enfermos, esperando que un ángel revuelva las aguas y ser el primero en lanzarse para ser sanos.

Dentro de esa multitud, Jesús escoge a uno, y a ese solo lo sana. ¿Por qué él? ¿A cuántos pasó por encima para llegar él? ¿Por qué no a todos?

Jesús nunca ofreció sanidad para todo el mundo, lo que ofreció fue salvación. Sin embargo, en su ministerio terrenal, decidió mostrar su poder sanando a algunas personas, lo que no nos da pie para pensar que todos los creyentes debemos ser sanados físicamente por Él.

Dios no hizo nada cuando sus mártires caían muertos por aquellos que los intentaban callar, y es interesante ver como ellos aceptaron gozosos o cuando menos en paz, esa realidad, cuando según estos predicadores modernos, lo que debieron hacer era orar y como, todo es posible, ver cómo eran exterminados todos los que intentaban matarlos.

¡Qué fácil que se hace gritar en una iglesia occidental donde hay libertad de cultos! ¡Qué bonito que se oye el “todo nos será posible”! ¡Qué lindo pensar que yo abro mi boca y el Dios del cielo recurre inmediatamente a salvarme de cualquier situación adversa!

Ya que es así, vámonos a un país musulmán a proclamar el evangelio y a liberar a los creyentes presos, a ver qué nos pasa a nosotros por mucho que oremos con fe.

Hay que madurar en el Señor y dejar de creer tanta mentira, porque no es verdad que todo me es posible, lo que es verdad, es que, lo que puedo es todo a lo que Dios me haya llamado, incluido el morir por Él si fuera necesario.


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