Por: Andrés Carrera
Aunque en el libro que basé toda esta serie de estudios que se llama “El Ministro que Hace Discípulos” de David Servant se habla de otros dos mitos, este será el último que analizaré, ya que he escrito de los otros dos que son: maldiciones generacionales y la apertura de puertas de creyentes para que un demonio habite en él.
MITO # 7.- Al estudiar la historia de una ciudad, podemos determinar cuáles espíritus malvados la dominan, y por esto podemos ser más efectivos en nuestra guerra espiritual y por lo tanto en la evangelización.
Para creer en ese mito hay que tener bastante imaginación ya que el sustento bíblico, aún sacado de contexto, es por decir lo menos, escaso.
Lo que expresa este mito es que si algún pecado ha empezado desde la fundación de la ciudad entonces se seguirá expresando en todo tiempo.
Por ejemplo en mi ciudad que es Guayaquil, estos aficionados a las historias míticas dicen lo siguiente: “Como el líder de la tribu Huancavilca, Guayas, para evitar seguir cautivos de los españoles mato a su mujer Quil y luego se suicidó, entonces desde ese tiempo existe un espíritu de violencia a las mujeres y de suicidio en esta ciudad que debe ser expulsado”
A ninguno de los que sostienen este mito parece importarle que lo de Guayas y Quil es una leyenda y que nadie sabe a ciencia cierta que ocurrió, lo importante es que digamos que algo existe y que debemos combatirlo.
El basarse en el libro de Daniel capítulo 10 versículo 20 no puede ser algo más inapropiado. Ahí se habla sobre un ángel que viene a socorrer a Daniel y que le dice que ha peleado con el príncipe de Persia y que tiene que volver a luchar contra el de Grecia. Entonces, como Alejandro Magno conquistó Persia quiere decir que el demonio griego entró a dominar geográficamente dicho sitio, reemplazando al espíritu de Persia.
Adónde se fue el de Persia o si fue dominado por el espíritu de Grecia, no es algo que los seguidores del mito nos explican y no entiendo la importancia de quien esté a cargo de que puesto, ya que he probado en artículos anteriores que no existe la guerra espiritual.
Otra cosa que hacen los creyentes de estos mitos es que me le ponen nombre a todos los espíritus, como lo recoge una canción de Marcos Witt llamada “Levántate Señor” que dice en parte lo siguiente:
“Espíritu de temor ¡huye!
Espíritu de maldad ¡huye!
Espíritu de rencor ¡huye!
Espíritu de división ¡huye!
Espíritu de enfermedad ¡huye!
Espírito de rebelión ¡huye!
Espíritu de inmoral ¡huye!
Espíritu de oscuridad ¡huye!
Espíritu de perversión ¡huye!
Espíritu de ambición ¡huye!
Espíritu profanador ¡huye!
Espíritu de vanidad ¡Huye!
Espíritu de murmuración ¡huye! ¡Huye!
Espíritu de contención ¡huye!
Espíritu hechicería ¡huye!
Espíritu de mortandad ¡huye!
De dónde habrán sacado tanto espíritu, porque en los evangelios sólo encontramos un demonio mudo (Luc. 11:14) y uno mudo y sordo (Mrc. 9:25), además de referencias a “espíritus inmundos”.
Si nos vamos al A.T. sólo encontramos dos: un espíritu de mentira (1 rey. 22:22 y 23) y uno de distorsión (Is. 19:14), además de una referencia a un espíritu de fornicación que se refiere a una actitud predominante y no a un espíritu como tal.
Después en el libro de los hechos capítulo 16 versículo 16 se nos habla de un espíritu de adivinación y ahí terminan todas las referencias bíblicas.
Es sorprendente como con tan pocos versículos pueden hacer toda una “teología” respecto de los demonios que los lleva no solo a clasificarlos sino a realmente hacerlos responsables de todo. Por ejemplo en Las Vegas hay un espíritu de juego y de quien sabe cuántas cosas más, en un club de fumadores hay un espíritu de tabaco, y así por el estilo dejando corta inclusive la canción de Marcos Witt que debería incluir más espíritus para echarlos fuera, porque parece que se le están quedando unos por ahí.
Es increíble toda la mitología que le intentamos meter al cristianismo. Cuánta complicación para las enseñanzas más simples y más profundas que se han dado alguna vez en la humanidad. Cuántas historias de miedo cuando lo que se nos presentó es como Dios nos ama y la forma de reproducir ese amor.
No me interesa cuántos demonios hay y donde están, tampoco me interesa cuándo Cristo viene o qué conspiraciones hay para que el Anticristo nos gobierne. Lo único que me importa es como usar lo que me queda de vida para tratar de llevar a cuanta gente pueda a los pies de Cristo.
Si para eso tengo un día o 50 años no es algo que me preocupe, si eso significa que hay demonios en todos lados o no, tampoco es algo esencial. Debo preocuparme de mostrar el sacrificio de Cristo a aquellos beneficiarios de Él, que todavía no lo han recibido como su Señor y Salvador.
De demonios y fechas límites que se preocupe el Señor y si me encuentro con uno estoy seguro que el Espíritu Santo me dirá a donde mandarlo, mientras tanto tengo un Dios al que servir y unas personas a las que mostrar Su amor, para estarme preocupando de tanto y tanto invento, del que sólo he escrito porque espero que usted como yo decida no perder un segundo más en esto y se una a la cruzada de literalmente sacar gente de la puerta del infierno llevándolos a aceptar a Jesús.