Una nueva forma de manipulaciòn

Una nueva forma de manipulación de las iglesias neo – pentecostales, que tiene unos 5 años es una enseñanza que se da todos los eneros para conseguir más dinero, es lo que ellos llaman “darle las primicias a Dios”.

Lo que intentan es que usted dé el salario de un mes, un día o una semana para ser protegido todo el año, en una especie de talismán financiero.

Para tratar este tema voy a empezar por reproducir un artículo del pastor Jack Fleming, para la próxima semana especificarles lo que dicen y sus respuestas bíblicas.

Dios los bendiga,

Andrés

LA FIESTA DE LAS PRIMICIAS

Por: Jack Fleming

La fiesta de las primicias que celebraba el pueblo de Israel, era una ordenanza de Dios para ellos establecida en la ley de Moisés. La iglesia no está bajo la ley ni debe someterse a esas prácticas que no solamente son inapropiadas en el Nuevo Pacto que el Señor hizo con Su iglesia, el de la gracia; sino que además denigra la obra completa y perfecta que hizo el Señor Jesucristo una sola vez para siempre.

Todas esas ordenanzas y festividades que menciona la ley de Moisés en Levítico capítulo 23 eran para el pueblo terrenal de Dios, Israel. La iglesia no debe tomar parte en ellas por varias razones.

En primer lugar porque la ley es una sola e indivisible, se cumple toda o de lo contrario no tiene ningún valor. Stgo. 2:10 “Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos”.

La ley contenía las sombras y figuras por medio de las cuales Dios reveló lo que Cristo habría de hacer en su obra perfecta y completa de la redención. Insistir en los días, los meses y las festividades que indica la ley de Moisés ahora en la gracia, es deslucir y menospreciar la realidad que esas sombras y figuras anunciaban; porque venido Cristo y habiendo consumado esa obra, no se puede continuar con esas figuras del Antiguo Testamento sin ofender y deshonrar lo que el Señor hizo una vez para siempre anulando todos esos símbolos (Leer respuesta Nº 173).

Gal 4:9 “más ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?

Gal 4:10 Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años.

Gal 4:11 Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros”.

Levítico 23 comienza (vrs.1-2) “Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de Jehová, las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas”:

Claramente se aprecia que es una ordenanza para el pueblo de Israel, porque es parte de la ley, de la cual la iglesia no tiene ninguna participación porque ahora estamos bajo la gracia.

Luego continúa en el verso 3 con el mandamiento del día Sábado: “Seis días se trabajará, mas el séptimo día será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es de Jehová en dondequiera que habitéis”. Y desde allí en adelante Dios entrega las siete festividades en las cuales el pueblo de Israel debía dividir el calendario religioso de la ley.

Vr. 4-5 La Pascua.

Vr. 6-8 Los panes sin levadura.

Vr.9-14 La fiesta de las primicias.

Vr.15-22 La ofrenda mecida (Pentecostés que significa 50, séptimo día de reposo).

Vr. 23-25 Las trompetas.

Vr. 26-32 El día de la Expiación.

Vr. 33-43 La fiesta de los Tabernáculos.

Y concluye con el versículo 44 “Así habló Moisés a los hijos de Israel sobre las fiestas solemnes de Jehová”.

Si la iglesia tuviera que celebrar la fiesta de las primicias, de igual manera debería guardar el día sábado y el resto de las festividades que aquí ordena. Además, si fuéramos honestos, estaríamos obligados a reconocer que toda esa parodia que hoy se practica en muchas iglesias como “fiesta de las primicias”, no guarda ninguna relación con lo que leemos en la Biblia, donde se ofrecía al sacerdote una gavilla (jamás dinero) y luego se presentaba un cordero para ofrecerlo en sacrificio (Lv.23:10-12).

¿Por qué los líderes de las iglesias de hoy insisten solamente en la fiesta de las primicias y omiten el resto, incluyendo el día sábado que allí también se menciona? Simplemente porque han visto que solamente en esa festividad podrían continuar exprimiendo al pueblo de Dios, robándoles el dinero que legítimamente los creyentes se han ganado con tanto esfuerzo para mantener a sus familias.

Si escudriñaran las Escrituras como mandó el Señor, se habrían dado cuenta que esa ordenanza no es para la iglesia. Y que además JAMÁS, el diezmo ni las primicias debían entregarse en dinero, aunque desde los días de Abraham se menciona la existencia del dinero; incluso en la ley de Moisés se manda entregar al trabajador el salario (un denario) en el mismo día trabajado.

Enseñar desde el púlpito que para asegurar la bendición de Dios para el resto del año, se debe entregar el primer sueldo del año, no solamente constituye un robo, sino que además es ofender gravemente a Dios. Porque están presentando a un “dios” que está vendiendo su bendición.

Cuando los apóstoles se enfrentaron a una situación similar, condenaron duramente al que ofendía a Dios de esa manera tan nauseabunda. Hch 8:20-21 “Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios”.

Cada una de las siete festividades que se menciona en la ley, en Levítico capítulo 23, representa a través de esas figuras la obra que Cristo habría de realizar. Pero venido Cristo, todo eso quedó anulado, abrogado, porque ahora no andamos en sombras sino en la realidad misma de todas las cosas, la luz verdadera.

En 1Cor. 15: 20 se nos enseña que Cristo es nuestra primicia, y los que resucitaron en ese día (Mat 27:52-53 “y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos”), constituyen la gavilla que se presentó ante la justicia divina como triunfo sobre aquel que tenía el imperio de la muerte.

Si Cristo fue nuestra primicia quien cumplió todo lo que en ese simbolismo de la antigüedad anunciaba por medio de las figuras y sombras ¿Por qué algunos quieren volver a las sombras de la ley, ahora que estamos ante la luz verdadera y el Señor anuló todo eso? Simplemente por engaño, ignorancia y por lucro.

Con mucha justicia el Señor les dice a estos hombres impíos que toman la Palabra de Dios como fuente de ganancias:

Mat 7:22 “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?

Mat 7:23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”.

2Pe 2:2 “Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado”.

Tit 1:13 “Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe,

Tit 1:14 no atendiendo a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad”.

Concluyo con lo que he dicho muchas veces: “cada iglesia tiene el pastor que se merece”.

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