Por Andrés Carrera
Antes de que empecemos a mirar las tres grandes mentiras de las que hablábamos el artículo anterior, y que compartiremos desde la próxima semana, miremos algunas otras mentiras, que algunos cristianos creen aunque no tienen nada de bíblicas.
1.- El próximo año será de bendición, será el año en que Dios te sacará de tu desierto.- Algunos predicadores no se cansan de decir esta frase, como si Dios les ha dado a ellos el poder para saber por qué la persona está en un desierto, qué debe aprender de él, y cualquier otra cosa que Dios quiere que el creyente aprenda.
Además el sufrimiento puede no ser algo que tienen que ver con Dios, sino que simplemente la vida es injusta y tenemos que pasar por cosas que otros provocaron, simplemente dándole cumplimiento a un versículo que algunos pastores que sólo predican de bendición y prosperidad quisieran arrancar de la escritura y dice: “En el mundo tendrán aflicción, pero confíen, yo he vencido al mundo” (Jn. 16:33)
Estoy harto de escuchar esta frase, ya que todos los años son de bendición para nuestras vidas si Dios está con nosotros, más allá de que sufrimos o no porque Él nunca nos deja o abandona.
2.- Dios nunca se equivoca porque Él siempre tiene un plan “B”.- Esta frase tan repetida por predicadores en su mayoría neo-pentecostales, puede sonar bonita, motivadora, hasta esperanzadora, pero la verdad es que no hay frases que vayan tanto contra los atributos de Dios como esta.
A Dios nada lo toma por sorpresa, nunca se equivoca y por tanto no necesita plan “B” porque el plan de Dios siempre será perfecto. No es que el plan de Dios fue Adán y como le salió mal, el plan “B” fue Jesucristo. Dios sabía desde el principio que la creación del hombre le iba a costar un sacrificio increíble, pero nos ama tanto que lo hizo de todos modos.
3.- Que Los magos del Oriente eran Tres y eran Reyes, se llamaban Melchor, Gaspar y Baltazar.-
Mateo 2:1 dice: “Después de que Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, llegaron a Jerusalén unos sabios[a] procedentes del Oriente.
En ninguna parte dice que eran tres, lo que dice es que llevaban tres regalos, pero bien pudo haber sido que eran 30 y cada uno llevaba un regalo distinto. De hecho, es bastante improbable que hubieran sido tres, ya que crearon gran conmoción en Jerusalén, y tres personas no hubieran logrado eso. (2:3).
Además siendo de Persia seguramente no llegaron en camellos, animal que no se usa en esos lugares, sino en caballos, ya que esos son los medios de transporte que ellos usaban y que son de la mejor raza de caballos del mundo.
Por otro lado, no alcanzaron a Jesús en el pesebre, sino que ya estaba en una casa (2:11) y probablemente no era un recién nacido pues se dice en el relato el niño y no el bebé, y Herodes calculando la edad del niño mandó a matar a infantes de hasta dos años.
4.- No se mueve la hoja de un árbol si no es la voluntad de Dios.- Esto es verdad sólo en el sentido de que Él tiene todo bajo control, pero no maneja cada cosa, porque hay cosas que la mala administración del hombre del planeta, lleva a suceder, aunque Dios no quisiera que fuera así.
Hay que tener mucho cuidado con frases como esta porque le quita al hombre la responsabilidad de lo que sucede, trasladándosela a Dios y entonces no importa lo que hagamos, porque Dios tiene todo controlado y no permitirá consecuencias a nuestros actos.
La frase es realmente sacada de la pluma de Miguel de Cervantes en el Quijote de La Mancha: “No se mueve la hoja de un árbol si no es la voluntad de Dios”
5.- Dios Aprieta Pero No Ahorca.– Este es un dicho popular que uno lo escucha hasta en canciones, pero de bíblico no tiene nada.
Usted pudiera decir que Dios en su búsqueda del corazón del hombre, puede aprovechar crisis para que lo invitemos a nuestra vida, pero de ahí a decir que Él mismo aprieta creo que hay una distancia.
La gran mayoría de nuestros problemas nos los creamos nosotros mismos, poniéndonos la soga al cuello y hasta ahorcándonos sin ayuda de nadie. Dios puede usar esas circunstancias para dejarnos ver que lo necesitamos, pero no requiere intervenir para que la vida se nos complique. Ese es un trabajo para el que somos excelentes nosotros mismos.