Hemos perdido la brújula

Por: Andrés Carrera

El otro día conversaba con un amigo que ha sido cristiano toda su vida, y veíamos lo difícil que es para personas que han tenido un pasado eclesiástico, abrazar la doctrina de la gracia y la relación con Dios.

Analizándolo nos encontramos con el hecho de que las enseñanzas en las iglesias van más por el lado de la obediencia a Dios, y un sistema para estar bien con Él, que realmente conocerlo, relacionarnos, amarlo y vivirlo.

Cuando le decimos a alguien que está buscando a Cristo, que lo que Dios quiere es una relación con Él, que el pecado ya no es un problema y que de lo que se trata es de ahondar en la relación cada día más, la reacción es de felicidad.

Es para ellos una gran alegría saber que Dios los ama, que no tienen que hacer nada para ganar ese amor, que están perdonados y que son libres de cualquier condenación. Que la vida eterna no es un lugar al que vamos cuando morimos, sino una relación que encontramos aquí mismo y que durará hasta la eternidad. “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.” (Juan 17:3)

No se usted amigo lector, pero a mí no se me ocurre otra forma de conocer a alguien que no sea relacionándome con él, lograr una amistad con él, una intimidad emocional con él. Nunca he visto que podamos hacer estas cosas cumpliendo reglas y regulaciones.

Las ecuaciones debieran ser claras:

OBEDIENCIA SIN RELACIÓN = ESCLAVITUD

RELACIÓN + TIEMPO EN ELLA = INTIMIDAD

¿Dónde perdimos el norte? ¿A qué hora fue que perdimos la brújula? ¿Cómo llegamos a este legalismo que nos consume?

Tengo algunas ideas al respecto:

1.- Al ser humano le encantan los sistemas.- ¿Qué hago para ser bueno?, ¿qué no debo hacer para ser malo? Dímelo y listo. Sabré cómo estar en paz con Dios sin tener que acercarme mucho y dependerá de mí si me gano la vida eterna o no.

2.- Al ser humano le encanta el control.- Es peligroso dejar a la gente suelta pensando que es la relación con Dios lo que deben buscar, porque si no hay leyes que cumplir se van a desbandar. Por tanto los profesionales de la teología, han decidido, que lo mejor es controlar las acciones de los seres humanos a través del miedo del infierno, y que los seguidores debemos hacer lo que ellos dicen para alcanzar la meta deseada.

No hay nadie que lo haya dicho mejor que Agustín de Hipona “Ama a Dios y haz lo que quieras”.

3- Nos asusta Dios.- Cuando Moisés le dijo al pueblo judío que Dios estaba en la montaña para que se relacionen con Él, ellos le dijeron que vaya y les comunique lo que Dios quería. Ellos no se acercarían. Eso ha continuado hasta hoy, a pesar de que Dios se hizo carne y vino a nosotros.

Ahora veamos lo que Cristo enseñó:

1.- Cuando le preguntaron cómo resumiría la ley y los profetas, dijo amar a Dios y al prójimo. Nadie puede amar a quien no conoce y el amar exige una relación. De esta manera, Cristo dejó claro que lo importante no era cumplir leyes sino relacionarse con Dios.

2.- Jamás Cristo habló de la obediencia como un fin, siempre dejó claro que separados de Él nada podríamos hacer (Jn.15:5). La obediencia sale de la relación SIEMPRE.

Permítame dejarlo claro:

No es que yo no me involucro en pecados sexuales porque la Biblia lo dice, es más que eso, lo hago porque amo a Dios y a mi esposa, y porque los amo no quiero dañarlos con un comportamiento así.

No miento porque la Biblia dice que no mienta, es más que eso, no miento porque no quiero dañar a la gente con quien me relaciono engañándolas.

No es cumplir la ley por mi esfuerzo. Esto es consecuencia de la intimidad cada vez mayor que obtengo cuando vivo cercano a Jesús.

3.- El pecado está resuelto.- ¿Por qué hablamos tanto de eso? La cruz terminó con su poder. Si yo me paso la vida tratando de no pecar, me voy a perder la relación y el servirlo, porque nunca me sentiré suficientemente apto.

Los apóstoles fueron pecadores, de hecho todos lo somos, pero eso ya no es un impedimento para mi relación con Dios. Sólo controlaré mis deseos carnales a medida que mi intimidad con Cristo mejore.

Me encanta un video que vi de un creyente venezolano que tenía problemas con la homosexualidad y dice que la venció cuando dejó de intentarlo y le dijo a Cristo que él lo iba a servir aunque su problema no se solucionara. Al buscar la relación es cuando el problema se solucionó.

¿Suena demasiado fácil? ¿Suena demasiado lindo?

Por eso se llaman Evangelios. Por eso son buenas nuevas.


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