Arrebatar mis bendiciones

Por: Andrés Carrera

Del inagotable mundo de las ocurrencias neo-pentecostales hoy vamos a comentar esta que dice que debo arrebatarle mis bendiciones al diablo, porque de alguna manera él me las tiene retenidas.

Creo que la mejor forma de resumir esta antojadiza creencia es recoger algunas frases de la canción Arrebato de Nancy Amancio que resume perfectamente esta manera de pensar:

“Hoy me apodero de lo que a mí me pertenece

Lo que me has quitado me lo devolverás con creces

El me hizo coheredera juntamente con Él

Y me ha dado el poder para atar y desatar

Y declarar una palabra que cambie tu generación

Y hoy declaro que él te devuelve lo que te robó

Yo te arrebato mi familia

Yo te arrebato mi salud

Yo te arrebato los tesoros de los cielos que pertenecen a mi casa

Arrebato, arrebato, arrebato todo lo que es mío

Arrebato, arrebato, lo que es mío, lo que es mío”

Así que de alguna manera solo conocida por ellos, el diablo evita que las bendiciones de Dios lleguen a nosotros y hay que guerrear con él para que las devuelva porque Dios me dio a mí el poder de reclamarlas a quien las retiene, digámoslo así, ilegalmente.

Claro, para llegar a esta conclusión debemos suponer que cada vez que hay problemas financieros es porque el diablo está reteniendo una bendición financiera, si tenemos un problema de enfermedad es porque está deteniendo la bendición de la salud, si de un hijo rebelde o que se aparta de los caminos del Señor es porque diablo tiene su vida y hay que ir a quitársela.

Y así ponga la situación que desee y vaya y quítesela porque nunca es culpa suya que tenga problemas financieros por gastar más de lo que tiene, o enfermarse por comer lo que no debe o no hacer ejercicio, no y mil veces no, siempre es culpa del diablo que te quiere arrebatar tu bendición.

Prueban esto diciendo que si no fuera así no habría pobreza entre creyentes, o no habría enfermedad y que si vamos y le arrebatamos lo “nuestro” entonces recuperaremos lo que deberíamos tener por herencia: prosperidad, salud, felicidad, etc.

Como en todas sus antojadizas creencias tiene un verso bíblico supuestamente para respaldarlo y esta “doctrina” no es la excepción y es el versículo de Mt.11:12 en la versión Reina Valera del 60 y dice: “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”.

Entonces aquí va la interpretación antojadiza: Como el enemigo de los hijos de Dios es el diablo, él es el que siembra la violencia, y hay que ir y arrebatarle con la misma violencia lo que nos ha quitado.

Como usted puede ver poco importa el contexto, poco importa que solo haya un verso para respaldar la creencia, lo importante es darle a sus seguidores lo que desean: controlar su destino y no depender de Dios, ya que si yo soy el que arrebato lo que ya está ahí, es mi determinación y mi fe (mal entendida por cierto) la que logra conseguir estas bendiciones, sin importar, si es lo mejor para mi caminar cristiano y que una supuesta bendición dada en mal momento se convierte en una maldición.

Ya, según ellos, Dios nos dio todo, sin importar si el darnos todo lo que queremos lo convierte en el genio de la lámpara maravillosa y no en el Dios todopoderoso dueño de nuestras vidas. Él es, según ellos, el abuelito chocho que les da todo a sus nietos aunque estos se pierdan en excesos.

Que insulto a la soberanía de Dios! que menosprecio a su sabiduría! que humanismo disfrazado de espiritualidad! Dios vive para el hombre, no el hombre par Dios.

Ahora, para concluir probemos que el versículo no dice nada de eso y para ello solo leamos el versículo en otra versión y el pasaje paralelo de otro evangelio:

Versión NVI del pasaje: “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos ha venido avanzando contra viento y marea, y los que se esfuerzan logran aferrarse a él”.

Lucas 16:16 “La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él”.

Lo que dice el pasaje es que hay que luchar por entrar al reino de Dios, y ¿contra que lucho?: contra mis deseos carnales y deseos de seguir siendo el Dios de mi vida, contra la posibilidad de dejar un negocio lucrativo que puede no ir con la voluntad de Dios, contra un posible repudio de mi familia por dejar la religión de mis padres, contra la burla de mis amigos, etc. etc.

Entrar al reino es gratis en el sentido de que Cristo lo hizo todo, pero tiene el costo de renunciar a mi yo, a cosas o personas que tengo que dejar, a eso se refiere el pasaje, lo demás es cuento e interpretaciones antojadizas de la Escritura.

Yo le he entregado mi vida a Cristo y descanso en el hecho de que Él sabe lo que es mejor para mí. Trabajo todos los días, me esfuerzo por entender lo que quiere de mí, e intento vivir cercano a Él, sabiendo que en Él estoy seguro sin importar las circunstancias porque confío en una promesa que si es bíblica: “Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano” (Juan 10:28).

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