Por: Andrés Carrera
Hace algunos años, reproduje en este blog, un artículo que habla de como el cristianismo está perdiendo la atención, que que los que miran de afuera que es una serie de conservadores y moralistas, que intentan que todos vean la vida como ellos la ven.
Decida que tomamos posiciones políticas, como ponernos en la vereda de una clínica de aborto y gritar contra las personas que van a abortar, y amenazar a los doctores y enfermeras que trabajan allí.
Entonces para ellos, un cristiano no es alguien que ama a su prójimo como Jesús nos amó, sino un retrógrado moralista que lo único que hace es juzgar a la gente que no cree y no vive de la forma en que ellos lo hacen.
En esta semana he visto el mismo error cometido por representantes de la iglesia de mi país, Ecuador.
El grupo de rock heavy metal llamado Marduk, de origen sueco, está de gira por Latinoamérica, y su propósito según los fundadores, es la banda más blasfema del mundo. Son adoradores, dicen los miembros de la banda, satanás, y sus letras son pro nazis y odiadoras. De acuerdo con el tipo de música que se puede reproducir, en Latinoamérica no son muy populares, y los conciertos que se han dado en estos países, han llevado a unos pocos cientos de seguidores.
Pero gracias a quienes son, representantes de la iglesia, han sido remitidos a través de mensajes de voz, firmes de una petición como cristianos, rechazando la presencia de esta banda y presentamos ante el alcalde de Quito, con la idea de cancelar el concierto.
Seguimos sin tener en cuenta que eso se aleja a la gente del cristianismo, y que, sin embargo, no fue una forma de actuar ni de Jesús ni de sus seguidores inmediatos. ¿De dónde hemos sacado a los creyentes que es nuestra responsabilidad ser la policía del mundo? Que la forma como nosotros vemos el mundo debe ser acogida por todo el mundo aunque no piensen como nosotros.
El hecho de que la Iglesia Católica Romana emita una buena lectura de la iglesia y trate de decir que los miembros de esa iglesia no deben vivir, que aman a los miembros de Dios ante el mundo, significa que nosotros debemos hacer lo mismo, Porque la estrategia es errada. Esta es la razón, porque la jerarquía de esa iglesia se esconde en los pedófilos, ¿cómo puedo decidir la moralidad que el mundo debe tener, si ni siquiera los miembros de la institución son capaces de evitar conductas tan inmorales y abusivas?
Yo no puedo creer que veamos en hacer esto alguna utilidad, porque les gusta esa música no van a dejar de hacerlo porque se puede cancelar el concierto, no van a estar más inclinados a dejar de seguir y seguir a Cristo porque logren el objetivo de que no vengan al ecuador.
Si algo así como qué es, qué gente, qué es lo que se dice, qué es lo que se dice, qué es lo que quiere decir, qué es lo que quiere decir, qué es lo que quiere decir, qué es lo que se conoce como país democrático. Que la mayoría de ellos está en contra, aunque tengamos la razón, no podemos impedir que vengan y canten a su dios, aunque este sea el mismísimo satanás.
Nosotros hicimos una campaña con toda la razón, que se ha llamado “no se han cumplido los objetivos de mis hijos” para reclamar y no se ha preguntado. Sin embargo, no podemos negar a una minoría que no es tan importante como nosotros nos consideramos inmoral y anti bíblico.
No queremos que se entienda la ley o la prevención que alguien haga algo, no se transforme los corazones, que fue exactamente lo que Jesús vino a dejarnos ver cuando estuvo entre nosotros. Él pudo pararse frente a cualquier grupo e ir diciéndoles que estaban equivocados. Pero en el lugar de eso tuvimos compasión, los amigos y los demostrados.
Luego de la última cena Jesús lavó los pies de sus discípulos sabiendo que estaba haciendo un traidor, una persona que lo iba a negar, y otros que lo podían perder en su momento de mayor necesidad. Sin embargo.
Eso es lo que esta posición deja ver, o lo que percibe la sociedad con esta actitud es que somos unos odiadores. Reclamamos nuestros derechos de cantar temprano un domingo y no dejar de descansar a los vecinos, alejándolos de Cristo, porque hay libertad de culto, pero si alguien va a cantar algo en contra de nuestras creencias, nos ponemos en pie de lucha haciéndonos un saludo.
El apóstol Pablo fue muy claro cuando nos dijimos que no nos juntamos con los que llamamos hermanos manejamos un comportamiento inmoral, y dijimos que era Dios quien juzga a los de afuera (1 Cor. 5: 13)
No estoy diciendo que alabar a satanás no está mal, pero mi respuesta, si estoy preocupado por los que oyen esa música, es hacer un acercamiento, servirlos, que vean que nos preocupamos por sus almas, sin importar si viene o no esta banda a mi país, hacer amistad genuina aunque piensen distinto, escucharlos y ahí tendremos derecho de expresarles a ellos lo que creemos.
Eso, estoy convencido, haría Jesús.