Hola a todos:
Encontré este artículo muy claro sobre la concepción equivocada de que la Biblia esclaviza a la mujer, que es un tema del que ya escribí en el 2013 y en el 2016, pero siempre es bueno tener fresco en nuestro caminar, como responder a estas acusaciones infundadas.
Dios los bendiga,
Andrés
¿ES LA BIBLIA MACHISTA?
Por Amy Orr Ewing*
Existe una creencia generalizada en torno a la Biblia, de que ésta es una especie de poderosa conspiración patriarcal que ha sido utilizada para oprimir a las mujeres. Como mujer y expositora encuentro que ésta pregunta es constantemente formulada: “¿Cómo usted, puede promover un libro tan machista? ¡La iglesia ha tratado de oprimir a las mujeres!” Como cristiana, creo que necesito ser sensible a los problemas ocultos tras una pregunta tan emotiva. Si bien puede parecer cierto que las mujeres han sido discriminadas por la religión, la Biblia merece ser examinada más al detalle sobre el tema. ¿Cómo es que muchos de los más grandes judíos y cristianos pioneros han sido mujeres? ¿Qué es lo que la Biblia realmente dice sobre éste tema?
A lo largo de la Biblia hay numerosas imágenes positivas de las mujeres e historias que involucran a mujeres. En el Antiguo Testamento las mujeres comparten la imagen de Dios en la creación. En el fin de los tiempos, en la segunda venida de Jesús, la iglesia es representada como la novia de Cristo. Durante todo el camino, de principio a fin, la Biblia incluye lo femenino como parte integral de la tradición judeocristiana. Si bien es cierto que la Biblia ha sido escrita durante un largo período de tiempo dentro de culturas específicas y que algunos de esos contextos no dieron ventajas sociales a las mujeres, no sería cierto decir que el mensaje de la Biblia es sexista o discriminatorio contra las mujeres.
En el Nuevo Testamento encontramos un buen número de eventos significativos que involucran mujeres, especialmente considerando las conservadoras actitudes culturales del contexto en el que fue escrito. Este contexto es demostrado por una simple declaración en el evangelio de Juan, en el famoso encuentro entre Jesús y la mujer samaritana en el pozo. Hay una pequeña frase reveladora en el verso 4:27 que arroja mucha luz sobre cuán radical es la Biblia para afirmar a las mujeres. Los discípulos se encuentran con Jesús durante su conversación con la mujer y el pasaje nos cuenta que: “Se admiraron de que hablaba con una mujer” (BLA). Este es el contexto del Ministerio de Jesús y aun así Él va en contra de éstas tendencias culturales una y otra vez.
Él lo hace primeramente teniendo discípulas. En una cultura donde la idea de mujeres que viajan junto a un grupo de hombres o que tienen el estatus de discípulas era seriamente cuestionable, Jesús tiene un número de mujeres incluidas en su círculo que además contribuían financieramente a las necesidades del grupo. De hecho, cuando le dicen a Jesús que su madre y hermanos están esperando afuera para verlo, Él apunta a sus discípulos y dice: “He aquí mi madre y mis hermanos”. Ésta declaración es impensable a menos que haya mujeres entre sus discípulos. En la cultura del Medio Oriente del siglo I sería indescriptiblemente ofensivo señalar a discípulos varones y usar imágenes femeninas para describirlos. En el grupo de discípulos en referencia, debió haber habido algunas mujeres.
También vemos a Jesús enseñando a mujeres en el Nuevo Testamento. En Lucas 10:38 leemos acerca de María que se sienta a los pies de Jesús y participa del estudio teológico, para el disgusto de su hermana. Esta frase “sentándose a los pies de” es la misma utilizada en Hechos 22:3 donde Pablo describe su entrenamiento bajo Gamaliel. La clara implicancia aquí es que María es afirmada como digna de la instrucción teológica de un rabino; de hecho, es interesante que luego en el evangelio de Juan leemos que Marta, la hermana de María, es la primera a quién se le enseña una de las más asombrosas declaraciones teológicas del Nuevo Testamento, Jesús le dice: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá”. En contraste a las normas culturales de la época, Jesús solía revelar grandes verdades teológicas a mujeres. La primera persona en descubrir la verdadera identidad de Cristo en el evangelio de Juan es la mujer samaritana. No debemos subestimar cuán radical es esto, Jesús estaba cambiando los tabúes culturales enseñando a mujeres y permitiendo que las mujeres fueran sus discípulas.
En realidad, es claro que las mujeres desempeñaron un vibrante papel en el Ministerio de Jesús, siendo ejemplo dentro de sus enseñanzas y como receptoras de ellas. Mientras esto puede parecer absolutamente correcto y apropiado en nuestro contexto del siglo XXI, debemos recordar cuán radical se veía en la Palestina del primer siglo. Jesús afirmó e incluyó mujeres intencionalmente. Vemos una continuación de este hecho en la Iglesia Primitiva, desde Lidia y Tabita hasta las hijas de Felipe donde las mujeres asumieron varios roles. Si bien es cierto que hay dos pasajes particulares en las cartas de Pablo que parecen ir en contra de todo esto ordenando a algunas mujeres a permanecer en silencio y a otras prohibiéndoles enseñar, éstos pasajes deben ser leídos e interpretados en el contexto del resto de la Biblia. El mismo Pablo da pautas para las mujeres cuando profetizan públicamente y menciona a mujeres que enseñan como Priscila.
Cuando acudimos al texto bíblico con el tema del machismo en mente, debemos tener claro que aunque se habla predominantemente de Dios con imágenes masculinas, y finalmente se encarna en la persona de Jesús, esto no quiere decir que las mujeres son socavadas o subvaloradas. Algunas imágenes femeninas se usan de Dios y Jesús afirma constantemente el valor de las mujeres, enseñándoles e interactuando con ellas como seres humanos. Ambos, hombre y mujer han sido creados a imagen de Dios y ambos son tan preciosos que Cristo vino a la tierra para redimirlos con su sangre derramada en la cruz.