Placer y ejemplo

Por Guido Abad.

Es común que en conversaciones de adultos, sobre todo quienes son nuestros padres y abuelos; empiecen a comentar al respecto de la juventud. De la música que escuchan, los lugares que van, estilo, etc. No tenía en cuenta este tipo de comentarios, pero no fue hasta que estuve un día en un pequeño bote turístico en donde el guía puso a todo volumen una canción que decía:

«Ella es callaíta
Pero pa’l sexo es atrevida, yo sé
Marihuana y bebida
Gozándose la vida como es
Ella es callaíta
Pero pa’l sexo es atrevida, yo sé
Marihuana y bebida
Gozándose la vida como es»

Una canción que sabía que existía pero que obviamente no le había puesto atención. Allí empecé a reflexionar que el artista de esta canción es el más escuchado en plataformas musicales. Que en sus conciertos los jóvenes lloran si no consiguen entradas, que sus letras son repetidas innumerables veces a todo volumen,  que se toman fotos como él y se visten como él. Sigo pensando, ¿porqué repiten y les gusta este tipo de música? Considero que no es solamente por el «gusto» musical, ni por la «pinta» del cantautor. Tal vez tendríamos que ir a lo más profundo de las expectativas del joven, que considero que son dos:

  1. Placer
  2. Un ejemplo de vida

Placer. El joven busca experiencias inolvidables en donde tenga memorias que lo hagan «feliz». Lamentablemente en este mundo malvado el placer es encontrado en alcohol, drogas, sexo casual, cosas que son ejemplificadas en las canciones del autor antes mencionado. Por eso, en cada fiesta, en cada matiné, despedida, o cualquier evento, encontrará este tipo de canciones que estimule el placer en cosas tan dañinas.

Ejemplo de vida. Buscan a alguien para bien o para mal, que les enseñen a vivir. A veces lo piden a gritos y en otras ocasiones, solo observando. Así sacan su manera de vestir, sus peinados, la manera de tratar a sus padres, a su prójimo, a su género opuesto, como divertirse, como reaccionar o enfrentar las adversidades.

Por supuesto, como cristianos y sobre todo como adultos, no hemos cumplido el rol de un buen ejemplo para el joven. Hemos ignorado que hay generaciones detrás nuestro que tratan de ver «como hacemos» las cosas. Los hemos abandonado, por lo que ellos buscan ejemplo en gente mal intencionada y peor aún, en desordenados mentales que no hacen más que dañar el cerebro y el alma con sus hábitos y estilos de vida.

¿Qué podemos hacer?

Como amigos, cristianos, padres o familiares no está el hecho de solamente ser buena onda o ser cool. Está en hablar con la verdad siempre, que entendamos que todo ser humano, incluido el joven, necesita a CRISTO en su corazón, que el ser humano necesita depender de alguien o de algo.

Nosotros debemos de ser el ejemplo que podemos depender de DIOS, el único y verdadero en todas las áreas de nuestras vidas, que podemos encontrar placer también, pero en Dios que con su amor, su verdad, la identidad que tenemos como hijos de Dios, en servirle y así en todas las bendiciones que nos ha hecho llegar. Tenemos al mejor y más GRANDE ejemplo: Cristo, en Él podemos encontrar un gran ejemplo en carácter y prioridades para enfrentar este mundo malvado, que no es el único que tenemos ya que nos espera una eternidad juntos con nuestro Creador y Dador de la vida.

¿Podemos ayudar e impactar a la juventud? Sí. ¿Cómo? Siendo ejemplo como hijos de Dios, sin olvidar que debemos estar presentes en sus vidas, buscarlos, atenderlos, discipularlos y enseñarles la verdad. Pero las verdaderas interrogantes serían: ¿Nos interesan nuestros jóvenes? ¿Invertiríamos tiempo en ellos?

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